Comunicado para la comunidad educativa de la Facultad de Humanidades

Desde la Facultad de Humanidades se hace extensivo el presente comunicado  a fin de informar el estado de situación de nuestra Universidad, de lxs trabajadxres y la comunidad educativa en particular.

 

Comunicado para lxs integrantes de la comunidad educativa de la Facultad de Humanidades

 

La actual administración del Presidente Javier Milei, que defiende un anti estatismo a ultranza y una política de mercado opuesta a cualquier acción pública por la equidad, ha decidido asfixiar a la Universidad pública en su conjunto. Primero congelando nuestros salarios, lo que supone una licuación de hecho del valor de nuestros ingresos en un país con índices mensuales de inflación de dos dígitos. Y en segundo lugar, desaprobando el presupuesto del año 2024, obligándonos a funcionar con el del 2023, proyectado en 2022, y desprovisto además de los refuerzos otorgados en 2023. El presupuesto original para nuestra Universidad, formulado en mayo del año pasado, superaba los 37 mil millones de pesos. Esta estimación se elevó a fin de año y hoy, por la inflación que padecemos y la que está proyectada, nuestra necesidad ascendería a 94 mil millones, según la información presentada por nuestra Rectora en el Consejo superior del mes de febrero. Por el contrario, el gobierno nacional pretende otorgarnos poco más de 14 mil millones.

La planta salarial enviada el primer mes de este año ya supone un déficit inicial de casi 33 millones de pesos. Esto impacta en una Universidad que tiene 4476 trabajadores, de los cuales el 73% cobra menos de 830.000 pesos. La voluntad de la administración nacional de no utilizar las paritarias y de no aumentar nuestros salarios por inflación, es parte de la política sistemática de ahogo. A esto se suma la desinversión en Ciencia y Técnica que incluye la no renovación de contratos y la desfinanciación de nuestras investigaciones.

Para gastos de funcionamiento, que incluye no solo servicios y alquileres, sino también las becas, entre otras obligaciones, el Estado nacional envió 121 millones, en tanto la Universidad gastó cerca de 250 millones. La diferencia se pagó con remanentes del ejercicio anterior. Esto supone la construcción de un alto déficit mensual acumulativo que compromete nuestro funcionamiento en poco tiempo.

A estos problemas directos hay que sumar el alto costo actual del transporte, que impacta fuertemente en nuestra comunidad educativa, así como la paralización de la obra pública, que deja en el abandono a obras centrales para varias unidades académicas.

Frente a esta situación, las autoridades de la Universidad han enviado los reclamos oportunos a los funcionarios nacionales y han fortalecido los reclamos entre los rectores/as de universidades nacionales patagónicas, así como desde el Consejo Interuniversitario Nacional. Por otra parte, han emprendido gestiones con los niveles municipales y provinciales de ambas provincias en procura de colaboración. En este marco el Municipio de Neuquén ha condonado el pago de impuestos y tasas municipales, y ha comprometido una partida para mejorar el comedor de la barda.

Estas son las condiciones en las que nos vemos envueltos hoy. Es una propuesta de ajuste excluyente destinada a hundir nuestra institución, lo que nos compromete a un trabajo de defensa irrestricta de la educación pública y de nuestra Universidad. Sin dudas es y será un escenario muy complejo el que enfrentaremos este año, pero debemos hacerlo en forma colectiva con los cuatro claustros que integran nuestra comunidad universitaria. La Facultad de Humanidades, generadora permanente de capacidad crítica, tiene mucho para aportar en este contexto de defensa de nuestra función social y de nuestros derechos.

 

Dr. Francisco Camino Vela

Decano de la Facultad de Humanidades

Universidad Nacional del Comahue

 

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